sábado, 12 de marzo de 2022

características chopinianas en la Mazurka Op. 56 No. 2 en Do Mayor. -Aguilar Juan

 




La Mazurca Op. 56 no.2 de Chopin entra dentro del repertorio para piano creado por el compositor, en cuya obra predominan las piezas para tal instrumento. La obra está influenciada por los ritmos folklóricos de su región. La tonalidad principal de esta pieza es Do mayor y la inflexión (tonicalización) más importante que se da en la misma es a su relativa La menor (cc.29-36). A partir de aquí se observa ya la tendencia de Chopin a alternar entre los colores Mayor y Menor.

La influencia de  los ritmos eslavos, que implica el acento (dinámico, agógico o tónico) sobre el 2º o 3º tiempo del compás se observa especialmente a partir del compás 29 donde la mano derecha comienza a marcar un acompañamiento que consiste en un silencio de negra seguido de bloques acórdicos de dos negras en los tiempos segundo y tercero de cada compás . Sin embargo, este gesto ya estaba establecido desde el principio de la obra por medio del diseño del acompañamiento en la mano izquierda que liga una blanca con punto a la primera negra del siguiente compás, dentro del cual articula los dos siguientes tiempos. Tal diseño se da sobre un pedal de tónica (junto con la quinta) que se sostiene  a lo largo de toda la primera sección. Esta forma de acentuar típica del folklore eslavo se expresa también en la figuración rítmica que predomina en el diseño melódico (que consiste en una sucesión de corchea con punto seguida de una semicorchea y dos negras).  El compositor logra destacar estos acentos por medio de la curva melódica, que en varios pasajes llega a su punto más agudo en el tercer tiempo (tal como ocurre en los compases 13 y 17, entre otros). Es interesante observar las maneras variadas que encuentra Chopin para expresar esta acentuación. Los cambios en el acompañamiento tienen que ver con usos propios del compositor en todas sus mazurcas, que incluyen un quiebre de previsibilidad en el bajo acompañante y también la fragmentación del acorde: en la primera sección un bajo grave y el resto del acorde actuando 1, 2 o octavas más arriba. 


Por otro lado, la influencia del folklore eslavo se observa a partir del c.46 al 63,  donde se puede apreciar el uso del modo lidio mediante el ascenso IV grado en la melodía sobre la tonalidad de Do Mayor. En ese mismo pasaje se observan encadenamientos complejos que son propios del estilo del compositor, en este caso dados por la superposición de voces que se imitan a distancia de compás en contraste de registro. La utilización original del contrapunto genera apoyaturas, retardos, acordes de paso, bordaduras, etc. que caracterizan el discurso chopiniano (en el compás 62, por ejemplo, el compositor superpone intervalos de 7M, 9M y 9M que resultan del movimiento de las voces en los tiempos uno, dos y tres respectivamente).

La sonoridad modal lidia es sugerida ya desde el diseño melódico principal sobre el que se desarrolla la pieza, dentro del cual  el compositor utiliza el II grado efectivo con el fin de generar tensiones direccionales momentáneas al V grado (compases 6, 8,10, 12, 14, 15, 19, 23). Esas tensiones son creadas mediante giros lidios con IV ascendido melódico en resolución cromática descendente después de un salto que oficia de “puente” entre un acorde y otro (en este caso IID7-V7 en la tonalidad de DOM).


Los dos ataques finales del acompañamiento dejan una acentuación en el segundo tiempo del compás ya que utiliza dos bloques acórdicos (el segundo con forzato) entre los cuales hay un gran contraste de registro y un reposicionamiento del acorde de tónica que salta bruscamente al agudo. Si bien es orgánico respecto de esta pieza, este gesto hace referencia a un uso típico de las cadencias finales de este compositor, las cuales suelen ser muy contrastantes en textura, dinámica y registro a lo anterior. 


El tratamiento cromático está muy presente en la obra de Chopin, tanto en el aspecto melódico como armónico. En esta obra puede observarse este tipo de tratamiento en el diseño de la secuencia melódica descendente que se da cada dos compases entre cc. 37-43 y que es repetida en compás 45. Si se observa la voz más aguda se puede apreciar el descenso cromático re#_re♮-do#_do♮_si. Este descenso incorpora el uso de adornos como trinos, notas de paso y saltos que caracterizan al compositor.


La dominante con sexta tal como es utilizada habitualmente por el compositor, aparece ya en los compases 13, 21 y 25 resolviendo en la tónica por medio de un salto de tercera descendente en el contexto de la tonalidad de do mayor. El mismo uso de la sexta en el acorde dominante reaparece, esta vez en la tonalidad de La m, en el compás 35 y resuelve también por tercera descendente a tónica. 


Características del estilo Wagneriano en el lied Schmerzen-Wagner - por Aguilar Juan



Esta pieza forma parte del ciclo Wesendonck Lieder, el cual constituye un antecedente compositivo para la ópera Tristán e Isolda de Wagner. El título del lied en cuestión, Schmerzen (Penas), junto con la poesía escrita por Mathilde Wesendonk y la musicalización de la misma realizada por Wagner, se conjugan para reforzar el carácter dramático y expresivo de la pieza. La idea del drama musical es parte del pensamiento compositivo del autor, para quien la ópera es considerada como la “Obra de arte total”. 


El carácter profundamente emocional de Schmerzen se ancla en la fuerza de la poesía que expresa la oposición entre el tormento interior (sufrimiento) y la búsqueda de superación (la dicha) por medio de metáforas de la naturaleza. La armonía de la pieza enfatiza este carácter por medio de la utilización de enlaces de acordes basados en la constante frustración de la expectativa de resolución: Cadencias evitadas, frases melódicas y armónicas sin resolver, sin reposo y disonancias sin  preparación.

El poema está estructurado en 4 estrofas de 4 versos. Las primeras dos estrofas se unen por su contraste expresivo y porque la línea melódica se separa sólo por un silencio, siendo la primera una expresión de sufrimiento que parte de Dom y la segunda una expresión de heroísmo que culmina en SibM. Las segundas dos estrofas reflejan un creciente agradecimiento por los sentimientos experimentados llegando a una pequeña sección codal que culmina en un triunfal do mayor.  Es característico del estilo compositivo de Wagner el trabajo centrado en formas simples como en este caso, las cuales son sólo determinables en el análisis, siendo poco claras para el oyente. 


La tonalidad principal de la pieza es DO menor, pero cuenta con numerosas tonicalizaciones momentáneas que evitan la resolución de la dominante principal, lo cual genera una marcada ambigüedad tonal que desemboca en múltiples posibilidades de abordaje analítico. A su vez, la articulación  facilita el desarrollo de un discurso continuo, donde las secciones se articulan entre sí en forma orgánica. Este tipo de soluciones armónicas están asociadas a la idea de Wagner de desarrollar un movimiento melódico constante. Este concepto trabajado por el compositor se denomina “melodía infinita” e implica frases sin resolver y una actitud discursiva sin puntos de apoyo (declaración lírica continua).


El acorde con que se da inicio a Schmerzen es un primer grado en primera versión con una apoyatura en la voz superior que da cuenta de la ambigüedad tonal antes mencionada  y sobre la que se desarrollará la pieza. El acorde de tónica principal no será presentado en estado fundamental hasta la cadencia final. 


Los cambios de tonalidad no se deben tanto a puntuaciones del discurso relativas a la articulación entre diferentes secciones que contrastan armónicamente por su tonalidad, sino que son parte del desarrollo del transcurrir melódico orgánico  de la estrofa que incorpora en su lenguaje armónico las inflexiones hacia diferentes centros tonales como parte de un proceso que apunta a acentuar la fluidez de la intención declamativa de la palabra según su contenido expresivo. Las progresiones de acordes que armonizan los versos constituyen un proceso modulante continuo que culmina en el establecimiento de una nueva tonalidad transitoria pero que también atraviesa en su desarrollo tonicalizaciones momentáneas durante el transcurso de la estrofa. La primera estrofa comienza en DO menor y se enlaza con la segunda que culmina en Sib mayor en el compás 13, no sin antes pasar por las tonalidades de Lab mayor y Sol menor en los compases 6 y 7, para luego volver súbitamente a la tonalidad principal en la tercera estrofa cuyo inicio es idéntico al de la primera estrofa y que a su vez transita por  Sib menor en el compás 17 para llegar a la cuarta estrofa. Esta última culmina en el Lab Mayor en el compás 25, y se desarrolla sobre un proceso modulante utilizando acordes menores en primera inversión que se mayorizan enlazándose como dominantes y siguiendo el orden del círculo de quintas entre los compases 18 y 22, donde se arriba a la tonalidad de Fam.  La obra culmina en la tonalidad de do mayor.  El escaso lapso de tiempo que ocurre entre una tonicalización y otra se construye sobre enlaces justificados en relaciones tonales lejanas y notas en común entre acordes que a su vez ayudan como referencias para la voz cantada, la cual se mueve mayormente por grados conjuntos ascendentes y descendentes que producen sucesiones de apoyaturas. La armonización por notas en común produce que las resoluciones melódicas se den sobre acordes con funciones inesperadas.  Es importante destacar la predominancia de la relación de polaridad entre la tonalidad principal (Dom) y su submediante (Labm), y la relación de submediantes en general.

Las relaciones tonales en la obra de Wagner en general son construcciones intelectuales, no siempre audibles ni claras y en un constante desplazamiento tonal. Esto es lo que Diether de la Motte denomina “armonía vagante”, “tonalidad suspendida”. 


La obra comienza con un motivo descendente en el piano que anticipa la melodía principal de la voz. El diseño melódico se desprende de una apoyatura de novena  sin preparación sobre el primer grado en primera inversión que resuelve de manera descendente, lo cual colabora acentúa el dramatismo del discurso y construye la fluidez del mismo dado que produce una disonancia melódica en el contexto armónico que genera un impulso natural hacia adelante. Además del movimiento por grado conjunto descendente y luego ascendente propio de la melodía, el ritmo construido con una sucesión de un valor largo y uno corto beneficia la naturalidad de la melodía. Este gesto melódico se repetirá numerosas veces a lo largo de la obra, transpuesto y rearmonizado, volviéndose un rasgo identitario de la pieza. 

En el pensamiento compositivo de Wagner es común encontrar repeticiones de algunos motivos salientes que tienen el fin de caracterizar algún elemento dramático de la pieza. Esta manera de trabajar los motivos se conoce como “leitmotiv” y es muy utilizada en sus óperas. El caso más emblemático es el de los leitmotivs de Tristán e Isolda. 




La vaguedad tonal de la pieza se refuerza, entre otras cosas, a causa de la utilización de acordes que están modificados respecto del diatonismo propio de la escala de do menor, y que incluyen alteraciones dadas por la utilización profusa de cromatismos (ej. compás 21), Utilización de acordes con sexta (compases 23-24), utilización de acordes con 7a (compás 4, 15), utilización de acordes de intercambio modal y cambios de modo (enlaces de acordes menores luego mayorizados como dominantes en compases 18-22; culminación de la pieza en la tonalidad de do mayor), sonoridades de acordes con novena por uso de apoyaturas sin preparación (compás 18, 19, 20,  22,  25), utilización de notas en común entre diferentes acordes para colaborar con el transcurrir melódico y la sensación de organicidad (compás 4; compases 16-17 -bajo-; compás 21 -dob tenido en registro de alto-). Un ejemplo de la utilización de dobles apoyaturas se da en el compás 26 donde se observa un IV6 de SolbM con una apoyatura de novena en el bajo que resuelve en forma ascendente hacia la tercera del acorde (re-mib), mientras que en su  voz superior se articula una apoyatura de novena que se resuelve de manera descendente (reb-dob). Este tipo de sonoridad produce un debilitamiento de la función tonal propia del acorde en sí  y produce tensiones direccionales opuestas en las voces extremas. El acorde en cuestión puede pensarse enarmónicamente como un IV menor en primera inversión que  mayoriza (por la apoyatura del bajo). 












CARACTERÍSTICAS ROMÁNTICAS y CARACTERÍSTICAS COMPOSITIVAS DE SCHUBERT en el lied FRüHLINGSSEHNSUCHT. - Aguilar Juan



La pieza consiste en un lied estrófico cuya tonalidad principal es Sib Mayor


La línea melódica se caracteriza por un predominio de movimientos por grado conjunto, pero también se observan arpegios y saltos no tan amplios de tercera y de cuarta, los cuales son identitarios de la pieza. Más aún, en su dimensión melódica, esta obra presenta algunas características importantes de la obra de Schubert: 

El acento musical suele coincidir con el acento textual ya que la música apunta a realzar el sentido de las palabras. Los períodos melódicos son muy claros y delimitados, constando en su mayoría de frases simétricas que duran aproximadamente ocho compases (4+4) y que se separan entre sí por partes pianísticas de un número de dos o tres compases (ej. compases 20 y 31) , o bien de cuatro o cinco compases dependiendo la frase en cuestión (ej. compás 53). El gesto vocal declamado recuerda al recitativo italiano por su fluidez sin sobresaltos. 

El empleo de la repetición, habitual en el discurso de Schubert, se refleja en esta pieza en la que el compositor utiliza una barra de repetición para retomar la primera sección completa pero cambiándole únicamente la letra. 

Tal como suele darse en Schubert, la simpleza de la línea melódica apunta a que la línea sea intuitiva y natural, evitando los excesos expresivos,a los que se aproxima únicamente en los momentos climáticos como el compás 140, al final de la pieza, que coincide con un ataque fortísimo de la voz junto con el piano formando una textura repentinamente homorrítmica.  La poesía cantada en esa sección es acentuada por el dramatismo del diseño melódico que la sostiene y por el contexto armónico (tónica menor). Su traducción es “¡También yo tengo potentes impulsos ¿Quién colmará finalmente mi anhelo impetuoso? Sólo tú liberas la primavera en el pecho, ¡Sólo tú! ¡Sólo tú!”. Esa última frase contrasta con la sección anterior, predominantemente mayor y con una letra que remite a escenas primaverales.



El acompañamiento refleja algunos de los usos compositivos habituales de Schubert. El mismo se caracteriza por un patrón rítmico repetitivo tipo ostinato que combina el movimiento -principalmente en negras del bajo- contra una figuración de tresillos (silencio+dos corcheas) en la mano derecha, dando una sensación de arpegios quebrados. Sin embargo, el acompañamiento -que es veloz- utiliza primordialmente acordes fundamentales y sus inversiones (uso típico de Schubert) pero contiene apoyaturas que producen movimientos melódicos dentro de sus partes, los cuales ayudan a dar continuidad y fluidez a la pieza, por un lado, pero también generan giros armónicos particulares que dan variedad y particularidad a la misma (como el II ascendido que aparece en el compás 4). 

El diseño del acompañamiento se detiene en algunos lugares puntuales, como por ejemplo en el compás 50, donde una extensión de la frase cantada sirve de cierre para la sección y es acompañada por bloques acórdicos en formato coral que acentúan la angustia del anhelo expresado y que se extienden unos cinco compases más generando una sensación más estática que contrasta con el acompañamiento repetitivo.  Por otro lado, el acompañamiento en general sirve de articulación entre las frases cantadas ya que el mismo continúa cuando la voz hace pausas escritas.  

Es importante recalcar que las notas de la melodía son duplicadas, aunque adaptadas rítmicamente, por la mano derecha del acompañamiento del piano, por lo que vale mencionar la resolución sincopada de las voces de acompañamiento que se da por esa razón.


ARMONÍA

La tonalidad principal de este lied es  SIb Mayor. Sin embargo, son comunes las inflexiones eventuales que generan centros tonales transitorios como se da en el compás 39, donde se modula a lab (VII descendido) durante dos compases, antes de retomar la tonalidad principal. La tonalidad de Lab es retomada momentáneamente también en los compases 84, 95 y 129. 

En el compás 45 y en el 87 se modula a Rem (mediante superior) en forma transitoria. 

En la sección final el compositor define la tonalidad de sib menor (tónica menor) que acentúa el dramatismo de las palabras en la estrofa final. En esta misma sección establece transitoriamente la tonalidad de Reb (mediante descendida) en el compás 113. Este contexto armónico habilita la  utilización de acordes de intercambio modal y el empleo conjunto de las tónicas mayor y menor (que también se observa en el compás 122), característica del período y del compositor.

El procedimiento de modulación más utilizado es el que se da por cadencia auténtica utilizando dominantes secundarias. 

La modulación a distancia de mediantes y al VII descendido (lejano en el circulo de quintas) responde a la necesidad de Schubert de evitar la modulación a la dominante.  Tal como se observa en las elecciones dentro de esta obra, el compositor privilegia las modulaciones a tonalidades con bemoles. 


El uso del acorde de 6° aumentada se observa sólo en compás 110 pero es característico de la obra de Schubert. La misma debería resolver en el quinto grado o en el primer grado en segunda inversión pero no resuelve. 


La cadencia final es plagal (IVm-I) y manifiesta la importancia de este tipo de cadencia dentro del discurso de Schubert.  

Por último, es necesario comentar la aparición de acordes con múltiples posibilidades de lectura analítica que tienen que ver con el lenguaje de Schubert y con el movimiento de las voces del acompañamiento, como el II ascendido (do#°7) del cuarto compás o el uso de ese mismo acorde en otro contexto tonal en el compás 41 donde es usado para ir de la tónica Lab a la tónica Sib (VII7 de LAb = IIasc43 de Sib). Este enlace se repite también en compases 131 Por la forma en la que está escrito se puede apreciar el uso enarmónico de dicho acorde. 

Una situación análoga respecto de la utilización enarmónica de acordes disminuídos se da en el compás 54 donde se utiliza el Vasc. de Lab = IVasc.   de SIb como nexo armónico entre ambas tonalidades. 


características compositivas de Schumann en el número 3 “Einsame Blumen” de las Escenas del bosque op. 82 - Aguilar Juan



El plan tonal de Escenas del bosque op. 82 está basado en la predilección de Schumann por las relaciones de mediante, submediante y subdominante que se dan a través de las tonalidades principales de cada pieza que compone el ciclo. El mismo se divide en tres partes agrupadas según cada una de esas tres regiones tonales. El número 3 de este ciclo forma parte del subgrupo de la región de mediantes, encontrándose entre dos piezas- la no2 y la no4- que están ambas en Re menor. 


La tonalidad principal de esta pieza es SIb mayor. Existen en ella muchas inflexiones momentáneas a diferentes grados de la escala que se logran mediante la sensibilización de diferentes grados (en especial II para ir al V) y la alteración de los mismos, pero la obra no modula definitivamente a ninguna de esas tonalidades, es decir que se mantiene en el centro tonal principal mientras que enfatiza la función tonal de los grados de resolución. La aparición de cierta ambigüedad tonal dada por estos acordes se debe a la voluntad de conducir la fluidez del discurso, la cual es reforzada por Schumann a través de la utilización abundante de sonoridades que incorporan alteraciones respecto de la escala diatónica principal (sib mayor) sobre la que se desarrolla la pieza, retrasando así la resolución de la dominante principal de la misma:

Para ello...

  • Utiliza dominantes secundarias (por ej.: IID7 -muy utilizado- en compases 4, 14, 26, 31, entre otros; y también ID65 c.; IIID c. 22). 

La utilización del II efectivo tiene que ver con la preferencia del compositor de introducir el V grado en cadencia compuesta alterando el acorde con función subdominante dominante para generar tensión direccional a la dominante.

  • Utiliza acordes con quinta aumentada  sin preparar en compases 53-55  (I5+ y IV5+ respectivamente).

  • Utiliza grados ascendidos para generar tensiones direccionales eventuales: IIasc. que va a un IIID en compás 26; Iasc en compás 60 que se dirige a un VID y luego a un II.  El caso del Vasc7 que va a un VI en compás 67 se inscribe dentro del uso de cadencias atenuadas (también llamadas rotas) con y sin sensibilización de la dominante por parte de Schumann: presentación de la dominante como V ascendido que se dirige al VI.


Schumann retrasa la resolución de la relación V-I de la tonalidad principal por medio de la prolongación de la función subdominante. La resolución de la cadencia auténtica de cierre de frase tal como se da en los compases 18, 35 y 44, entre otros, llega con apoyaturas que debilitan la función tónica y la suavizan. Además, en la primera sección (cc. 1-18) la dominante principal sólo aparece en los compases 4 y 17.




La textura propuesta por el compositor para esta pieza se basa predominantemente en una melodía acompañada por un acompañamiento que alterna entre un bajo solo en el primer tiempo de cada compás y un bloque en general de dos o tres notas en el segundo tiempo. El mismo se desarrolla en base a la fragmentación del acorde (ej cc6 V grado) o bien introduciendo una función diferente en el segundo tiempo (ej. cc19 II-IV). Por otro lado, el diseño melódico principal basado en un patrón de cuatro corcheas en la voz superior desemboca en la yuxtaposición de dos melodías que nacen del mismo impulso. Es habitual la aparición en la obra de una voz que luego desaparece. Esto tiene que ver con el hecho de que Schumann toma el piano como una representación de la orquesta, por lo que amplía las posibilidades texturales en varios planos sonoros simultáneos.  Por este mismo motivo el compositor introduce bloques acórdicos completos como en los compases 23-25 y en los compases 69-71.

El patrón melódico de la obra evidencia desde los primeros compases la obsesión melódica del compositor 4 ó 5 notas por grado conjunto descendente y su característica escritura muy contrapuntística en juego de imitaciones motivicas (cc1-4).





 El compositor hace uso de adornos en tiempo fuerte que generan nuevas armonías alteradas. Schumann escribe apoyaturas sin preparación previa que se justifican por el patrón motívico repetitivo que así lo permite. Esto posibilita que existan apoyaturas con resolución inmediata (cc2) o mediata de los adornos (cc17) y que aparezcan dobles apoyaturas (cc75).  En el caso de los compases 17-18, la apoyatura (13) resuelve como nota ajena una vez que se articula el siguiente acorde. Esto resulta en un acorde con sonoridad dominante con trecena.  Es común en el lenguaje de Schumann la resolución de los retardos de manera tardía o atípica.


En el compás 58 articula un acorde correspondiente a un IIdism. El mismo constituye un ejemplo del uso de acordes de intercambio modal dentro del discurso de Schumann. Este intercambio entre los colores mayor y menor también se explicita cuando utiliza el primer grado Sib en el modo menor en el  compás 38. Al igual que Schubert realiza contraposiciones de tónica Mayor/menor para los finales

Por otro lado, es importante resalta el uso de efectos de pedal armónico propio del lenguaje compositivo de Schumann tal como se ejemplifica en el caso de los compases 60-64.


En el compás 63 el compositor anula la resolución de la sensible tonal perteneciente al V grado de SibM mediante el movimiento cromático descendente de la melodía de la voz interior (en registro de alto), resolviendo, sin embargo, en el primer grado.  


La utilización de acordes con 7 (II7 cc62 y 70, IV7 en cc66, entre otros) también es propia del lenguaje de Schumann.